
Letras de tango
Música: Enrique Santos Discépolo /
Virgilio Expósito
Letra: Enrique Santos Discépolo /
Homero Expósito
Yo la vi que se venía en falsa escuadra,
se ladeaba,
se ladeaba por el borde del fangal!..
¡Pobre mina que nació en un
conventillo
con los pisos de ladrillos, el aljibe y el parral!
Alguien
tiró la banana, que ella pisó sin querer,
y justito, cuando vi que se venía
ya decúbito dorsal,
¡me la agarré!...
Fui un gil
porque creí que
allí inventé el honor,
un gil
que alzó un tomate y lo creyó una flor.
Y sigo gil
cuando presumo que salvé el amor,
ya que ella fue
quien a trompadas me rompió las penas...
Ya ven,
volví a la mugre de
vivir tirao.
¡Caray!
¡Si al menos me engrupiera de que la he salvao!...
(Esto dijo el "cusifai" mientras la "cosa"
retozaba, retozaba ya
perdida en el fangal,
y él tomaba una ginebra desastrosa
entre curdas y
malandras en la mesa de aquel bar...).
Si alguien tiró la banana, él, que
era un gil, la empujó
y justito cuando vio que se venía ya decúbito dorsal,
¡se le prendió!...
Música: Alejandro Dolina
Letra: Alejandro Dolina
Era un fantasma que rodaba por Belgrano
por esas
calles
de contramano...
y que paseaba sus cadenas de glicina
cruzando un virrey en cada esquina.
Tocaba tangos con las ramas de
Zabala,
bailaba valses
en las barrancas
y se robaba las neblinas del
otoño
para ponerlas de alfombra en su bulín.
Se filtra por las
paredes,
hace temblar las persianas
y apaga los faroles de Loreto
cuando ve que una pareja
va hacia el bajo y bajo un árbol
hace un
alto.
Conoce todos los vientos
de Congreso hasta Lacroze,
y en la
vieja estación
arrastra sus cadenas
y un dolor.
Música: Virgilio Expósito
Letra: Homero Expósito
Un arrabal con casas
que reflejan su dolor de lata...
Un arrabal humano
con leyendas que se cantan como tangos...
Y allá
un reloj que lejos da
las dos de la mañana...
Un arrabal obrero,
una
esquina de recuerdos y un farol...
Farol,
las cosas que ahora se
ven...
Farol ya no es lo mismo que ayer...
La sombra,
hoy se escapa
a tu mirada,
y me deja más tristona
la mitad de mi cortada.
Tu luz,
con el tango en el bolsillo
fue perdiendo luz y brillo
y es una
cruz...
Allí conversa el cielo
con los sueños de un millón de
obreros..
Allí murmura el viento
los poemas populares de Carriego,
y
cuando allá a lo lejos dan
las dos de la mañana,
el arrabal parece
que se duerme repitiéndole al farol...
Música: Eduardo Pereyra
Letra: Celedonio Flores
(zamba)
Se vino la noche
copándose al sol
y sobre los
campos
su manto tendió.
El ojo 'e la luna
se puso a vichar,
farol de los gauchos
en la "escuridá".
Por el sendero
gimiendo
va
una carreta que va pa'l poblao
hamacándose de aquí para allá,
mientras sentado en el pértigo va
el viejo Pancho Aguará.
Recitado:
(el viejo)
Muchacho guiá pa' esas tunas
que están
las juntas cansadas.
(el muchacho)
¿Aguaitaremos el alba
pa'
atravesar la quebrada?
(el viejo)
Cuentan que allá por las sierras,
a eso del anochecer, se oye gemir un dijunto.
¡Jesús, María y José!
Campiando un cariño
por las sierras va
el alma de un gaucho
por la "escuridá".
Comentan los viejos,
santiguándose,
que busca
un cariño
que murió por él.
Viejos recuerdos,
de tradición,
que
se ha metido en el alma y así
se escucha decir
con gran devoción,
y
en las noches de mis pampas oí
cantar juntito al fogón.
Recitado:
(el muchacho)
¿Y llora todas las noches?
(el viejo)
Duerma
m'hijo sin cuidado,
que al lao de las almas buenas,
pasa de largo el
finao.
El busca solo un cariño
que por quererlo murió.
Duerma que la
luna gaucha
brilla lo mismo que el sol.
¡Ave María Purísima!
Música: Teófilo Lespés
Letra: Francisco García Jiménez
En tus grupos me ensarté
y en tu arrullo me dormí
y dormido me quedé
solo, pato... y hecho un gil.
Esta noche me
encontré
la cartita del adiós
en la almohada donde ayer
me juraste
eterno amor.
Farolito de papel,
que alumbraste mi bulín
con la luz
amiga y fiel
de amoroso berretín.
Otro lado alumbrás hoy,
te
apagaste para mí.
Y yo a oscuras aquí estoy,
solo, pato... y hecho un
gil.
Solo quedé...
¡Yo no tenía más que a vos!...
Pato... porque
¡eras mi mundo de ilusión!
Vuelvo a prender
el triste pucho del
ayer,
para aliviar
esta amargura brava
que hoy me das...
Vos
sos linda, vos tenés
pinta fina... y engrupís.
Vos un mundo prometés
y sin dar te despedís.
Vos el traje te adornás
con mi otario
corazón,
y los de otros, que al pasar
tu reflejo encandiló...
Pero,
al fin, apenas sos
Farolito de Papel
y una noche en lo mejor
chamuscada has de caer.
Cargarás también tu cruz
cuando sepan que
tenés
mucho humo y poca luz,
Farolito de Papel...
Música: Luis Teisseire
Letra: José Enéas Riú
Farolito viejo del barrio malevo,
broncea la esquina
con pálida luz;
alumbró el reparto después del laburo
y ha sido en la
noche también batitú...
Bajo su luz pobre la china apenada
del taita
encanado la carta leyó,
mofando con llanto de buena maleva
los versos
escritos con el corazón.
También a sus rayos brillaron las dagas
cruzadas en duelo por un mismo amor.
Un muerto sangraba y nadie batía
del taura la hombría que fue vencedor.
Su luz fue testigo oyendo el
chamuyo
jugándole sucio al taita bacán...
¡La grela traidora y el chorro
cobarde
batieron la cana por miedo al puñal!
Y cuando los tiras a su
hombre encanaron
lloraba en sus ojos la luz del farol;
después, una
piedra rompió los cristales
bajando al suburbio feroz maldición.
Farolito viejo, estoy entre rejas;
a mi celda triste no llega tu luz...
¡Espero con ansias volver a la esquina
vengándome de ella y del batitú!
Música: Héctor Stamponi
Letra: Homero Expósito
(vals)
Deshojaba noches esperando en vano que le diera un beso,
pero yo soñaba con el beso grande de la tierra en celo.
Flor de Lino,
qué raro destino
truncaba un camino
de linos en flor...
Deshojaba noches cuando la esperaba por aquel sendero,
llena de
vergüenza, como los muchachos con un traje nuevo:
¡cuántas cosas que se
fueron,
y hoy regresan siempre por la siempre noche de mi soledad!
Yo la vi florecer como el lino
de un campo argentino maduro de
sol...
¡Si la hubiera llegado a entender
ya tendría en mi rancho el
amor!
Yo la vi florecer, pero un día,
¡mandinga la huella que me la
llevó!
Flor de Lino se fue
y el hoy que el campo está en flor
¡ah
malhaya! me falta su amor.
Hay una tranquera por donde el recuerdo
vuelve a la querencia,
que el remordimiento de no haberla amado siempre deja
abierta:
Flor de Lino,
te veo en la estrella
que alumbra la huella
de mi soledad...
Deshojaba noches cuando me esperaba como yo la espero,
lleno de esperanzas, como un gaucho pobre cuando llega al pueblo,
flor
de ausencia, tu recuerdo
me persigue siempre por la siempre noche de mi
soledad...
Música: Augusto Gentile
Letra: Pascual Contursi
Mina que te manyo de hace rato,
perdoname si te bato
de que yo te vi nacer...
Tu cuna fue un conventillo
alumbrado a
querosén.
Justo a los catorce abriles
te entregastes a las farras,
las delicias del gotán....
Te gustaban las alhajas,
los vestidos a
la moda
y las farras de champán.
Luego fuiste la amiguita
de un
vejete boticario
y el hijo de un comisario
todo el vento te sacó...
Empezó tu decadencia,
las alhajas amuraste
y un bulincito alquilaste
en una casa'e pensión.
Te hiciste tonadillera,
pasaste ratos
extraños
y a fuerza de desengaños
quedaste sin corazón.
Fue tu
vida como un lirio...
de congojas y martirios
sólo un peso te agobió.. .
No tenías en el mundo ni un consuelo. . .
El amor de tu madre te faltó.
Fuiste papusa del fango
y las delicias de un tango
te arrastraron
del bulín.
Los amigos te engrupieron
y ellos mismos te perdieron
noche a noche en el festín.
Mina que te manyo de hace rato,
perdoname si te bato de que yo te vi nacer...
Tu cuna fue un conventillo
alumbrado a querosén.
Justo a los catorce abriles
te entregastes a
las farras
las delicias de un gotán...
Te gustaban las alhajas,
los
vestidos a la moda
y las farras de champán.
Música: Arturo Gallucci
Letra: Yaraví
Al costado del camino
y en larga fila apretada,
las carretas se han dormido
bajo una luna plateada.
Los bueyes
muerden despacio
un campo verdoso y lacio,
y alrededor de un fogón...
mate, guitarra y canción.
Perfume de pastos,
olor de tomillo,
y sombras de sauces
en tardes de sol;
gorjeos y nidos
sobre un
espinillo,
son cosas que tengo
teniendo tu amor.
Pensando en tus
ojos
se acorta el camino,
pensando en tus besos
me apuro en llegar.
Amor y carreta
me han hecho un destino,
destino dichoso
de amar
y de andar.
Cuando la luz de la aurora
viene la pampa aclarando
las carretas seguidoras
van por la huella marchando.
Y en la senda
rezagada
la noche quedó acostada.
Y el viento trae del fogón
ecos de
aquella canción.
Música: Mariano Mores
Letra: Rodolfo Taboada
Frente al mar,
frente a Dios
empapada de noche y
de pena mi voz
se estremece en el último adiós...
Frente al mar,
frente a Dios,
yo te ruego que, al menos,
me digas por qué me
castigas...
Frente a Dios,
frente al mar,
yo pregunto si acaso el
delito fue dar,
siempre dar, sin pedir más que amar...
Ya no sé, qué
pasó,
yo no sé por qué fue
que la luz del amor se apagó...
Sólo sé
que te vas
y que el viento, en tu nombre,
parece gritar: ¡Nunca más!
Música: Hugo Gutiérrez
Letra: Homero Manzi
¡Corazón!
En aquella noche larga
maduró la fruta
amarga
de esta enorme soledad.
¡Corazón!
¿En las nubes de qué cielo
la tristeza de tu vuelo
sin consuelo vagará?
Bien lo se...
¡Aquel frío alucinante
de un instante, me cegó!
Fue en un viento de
locura,
sin ternura, sin perdón.
Fue en el grito enronquecido
de un
amor enloquecido
de dolor.
Eras la luz de sol
y la canción feliz
y la llovizna gris
en mi ventana.
Eras remanso fiel
y duende
soñador
y jazminero en flor
y eras mañana.
Suave murmullo...
Viento de loma...
Cálido arrullo de la paloma.
Ya no serás jamás
aroma de rosal,
frescor de manantial en mi destino.
Sólo serás la voz
que me haga recordar
que en un instante atroz te hice llorar.
¡Ya no
estás!
Y el recuerdo es un espejo
que refleja desde lejos
tu
tristeza y mi maldad.
¡Ya no estas!
Y tu ausencia que se alarga
tiene gusto a fruta amarga,
a castigo y soledad.
¡Corazón!
Una
nube puso un velo
sobre el cielo de los dos.
Y una nube solamente
de
repente me perdió.
¡Una nube sin sentido,
sin clemencia, sin olvido,
sin perdón!
Música: Juan Pablo Marín
Letra: Juan Pablo Marín
No me hablas, tesoro mío,
no me hablas ni me has
mirado.
Fueron tres años, mi vida,
tres años muy lejos de tu corazón.
¡Hablame, rompé el silencio!
¿No ves que me estoy muriendo?
Y
quítame este tormento,
porque tu silencio ya me dice adiós.
¡Qué
cosas que tiene la vida!
¡Qué cosas tener que llorar!
¡Qué cosas que
tiene el destino!
Será mi camino sufrir y penar.
Pero deja que bese tus
labios,
un solo momento, y después me voy;
y quítame este tormento,
porque tu silencio ya me dice adiós.
Aún tengo fuego en los labios,
del beso de despedida.
¿Cómo pensar que mentías,
si tus negros ojos
lloraban por mí?
¡Hablame, rompé el silencio!
¿No ves que me estoy
muriendo?
Y quítame este tormento,
porque tu silencio ya me dice adiós.
Música: Charlo
Letra: Homero Manzi
Cuando llegó, te oí reir
cuando se fue, lloró tu son
en tu teclado está, como escondida
hermano bandoneón toda mi vida.
Con tu viruta de emoción está encendida
la llama oscura de tu ausencia
y de mi amor.
Cuando llegó, te oí reir
cuando se fue, lloró tu sol.
Fueye, no andés goteando tristezas,
fueye, que tu rezongo me apena.
Vamos, no hay que perder la cabeza,
vamos, que ya sabemos muy bien
que no hay que hacer,
que ya se fue de nuestro lao
y que a los dos
no has tirao
en el rincón de los recuerdos muertos.
Fueye, no andés
goteando amargura
Vamos, hay que saber olvidar.
Cuando llegó,
cristal de amor.
Cuando se fue, voz de rencor.
Guardé su ingratitud
dentro‘e tu caja
y con tu manta azul le hice mortaja.
Esa es la historia
del castillo de baraja
que levantamos a tu arrullo bandoneón.
Cuando
llegó, cristal de amor.
Cuando se fue, voz de rencor.
Fueye, no
andés goteando tristezas,
fueye, que tu rezongo me apena.
Vamos, no hay
que perder la cabeza.
Vamos, si ya sabemos muy bien
que no hay que
hacer,
que ya se fue de nuestro lao,
y que a los dos nos ha tirao
en
el rincón de los recuerdos muertos.
Fueye, no andes goteando amargura.
Vamos, hay que saber olvidar.
Música: José Dames
Letra: Homero Manzi
Fui como una lluvia de cenizas y fatigas
en las horas
resignadas de tu vida...
Gota de vinagre derramada,
fatalmente
derramada, sobre todas tus heridas.
Fuiste por mi culpa golondrina entre la
nieve
rosa marchitada por la nube que no llueve.
Fuimos la esperanza que
no llega, que no alcanza
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos
el viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir.
¡Vete...!
¿No comprendes que te estás matando?
¿No comprendes
que te estoy llamando?
¡Vete...!
No me beses que te estoy llorando
¡Y quisiera no llorarte más!
¿No ves?,
es mejor que mi dolor
quede tirado con tu amor
librado de mi amor final
¡Vete!,
¿No
comprendes que te estoy salvando?
¿No comprendes que te estoy amando?
¡No me sigas, ni me llames, ni me beses
ni me llores, ni me quieras más!
Fuimos abrazados a la angustia de un presagio
por la noche de un
camino sin salidas,
pálidos despojos de un naufragio
sacudidos por las
olas del amor y de la vida.
Fuimos empujados en un viento desolado...
sombras de una sombra que tornaba del pasado.
Fuimos la esperanza que no
llega, que no alcanza,
que no puede vislumbrar su tarde mansa.
Fuimos el
viajero que no implora, que no reza,
que no llora, que se echó a morir.
Música: Juan Viladomat Masanas
Letra: Félix Garzo
Fumar es un placer
genial, sensual.
Fumando espero
al hombre a quien yo quiero,
tras los cristales
de alegres
ventanales.
Mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el
humo
me suelo adormecer...
Tendida en la chaisse longue
soñar y
amar...
Ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios,
y el devaneo
sentir con más deseos
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.
Dame el humo de tu boca.
Anda, que así me
vuelvo loca.
Corre que quiero enloquecer
de placer,
sintiendo ese
calor
del humo embriagador
que acaba por prender
la llama ardiente
del amor.
Mi egipcio es especial,
qué olor, señor.
Tras la
batalla
en que el amor estalla,
un cigarrillo
es siempre un
descansillo
y aunque parece
que el cuerpo languidece,
tras el
cigarro crece
su fuerza, su vigor.
La hora de inquietud
con él, no
es cruel,
sus espirales son sueños celestiales,
y forman nubes
que
así a la gloria suben
y envuelta en ella,
su chispa es una estrella
que luce, clara y bella
con rápido fulgor.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.