
Letras de tango
Música: Joaquín Mora / Roberto Nievas
Blanco
Letra: Oscar Rubens
Con las manos rojas de apretar el corazón,
ahogando un
grito sordo de rencor.
Rebelde como el agua frente al fuego,
como el mar
frente a las rocas, hoy me rebelo.
Con tu amor tirano que no sabe de razón,
rebelde con mi propio corazón.
Te pido que te vayas, que me dejes,
que te alejes de una vez, ¡será mejor!
Sé que lloraré después,
que jamás te olvidaré.
Sé que cada noche sin tu risa, sin tu voz,
¡cuánto extrañaré tu amor!
Pero es preferible más perderte
a seguir
siendo un fantoche
sólo por verte.
No, ¡dejame por favor!
Hoy se
rebeló mi amor.
Sin pedirte nada te entregué mi corazón
a cambio de
migajas de tu amor.
Gasté mi corazón y mi fortuna
entregado a la locura
de amarte tanto.
Pero ha sido inútil, recibí por tanto amor
desprecio,
falsedad y humillación.
Por eso es que te pido que te vayas,
que te
alejes de una vez, ¡será mejor!
Música: Guillermo Barbieri
Letra: José De Grandis
Indignado por el opio que me diste tan fulero,
francamente, estoy cabrero y jamás olvidaré
que una noche embabicado, te
juré que te quería,
mucho más que al alma mía y que a mi madre también.
Te acoplaste al cotorro de este vate arrabalero
y te juro, hasta diquero
por tenerte se volvió,
se acabaron las verseadas de mi numen peregrino,
si era el verso más divino llevarte en mi corazón.
En mis noches de
lirismo,
por los tristes arrabales,
rimé tiernos madrigales
que a tu
lado deshojé.
Puse vida en cada estrofa,
mi amor, mi paz y ventura,
y la inefable ternura
de tu alma de mujer.
Cuántas noches en mi
rante bulincito de poeta
una lágrima indiscreta furtivamente cayó,
pensé
que fueras el verso más intenso de mi vida,
porque aún sangra la herida que
tu espiante me causó.
Ya que sabes el secreto de lo mucho que he sufrido,
decime quién te ha querido con más intensa pasión,
y del fondo de tu
alma, silenciosa, cruel y cruda,
la hiriente verdad desnuda te dirá: este
chabón.
Música: Osvaldo Pugliese
Letra: Eduardo Moreno
Ayer cantaron poetas
y lloraron las orquestas
en
las suaves noches del ambiente del placer.
Donde la bohemia y la frágil
juventud
aprisionadas a un encanto de mujer
se marchitaron en el bar del
barrio sud,
muriendo de ilusión
muriendo su canción.
Mujer
de mi poema mejor.
¡Mujer!
Yo nunca tuve un amor.
¡Perdón!
Si eres mi gloria ideal
Perdón,
serás mi verso inicial.
Y la
voz en el bar
para siempre se apagó
su motivo sin par
nunca más se
oyó.
Embriagada Mimí,
que llegó de París,
siguiendo tus pasos
la gloria se fue
de aquellos muchachos
del viejo café.
Quedó
su nombre grabado
por la mano del pasado
en la vieja mesa del café del
barrio sud,
donde anoche mismo una sombra de ayer,
por el recuerdo de su
frágil juventud
y por la culpa de un olvido de mujer
durmióse sin querer
en el Café Concert.
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Era mi pebeta una flora maleva
más linda que un día
dorado de sol.
Trenzas renegridas, mirada que ruega,
boca palpitante de
fuego y de amor.
Para conquistarla yo me jugué entero,
no valía la pena
sin ella vivir,
peleando con taitas en un entrevero
pensé que era lindo
por ella morir.
Tiempo viejo,
caravana
fugitiva
¿donde
estás?
Florido tiempo que añoro
por tus caminos de olvido
viajan
visiones que lloro,
sueño querido que te alejas.
Tiempo viejo,
caravana
fugitiva
¿donde estás?
Cinco años pasaron de la
primer cita,
burlón el destino me obligó a volver.
Qué viejos los ojos
de la muchachita,
que un día riendo me enseñó a querer.
Fuimos sin
pensarlo como dos extraños,
su boca marchita y mi suspirar.
Habiendo
cenizas de los desengaños
el recuerdo, amigo, es mejor borrar.
Música: Alfredo Pelaia
Letra: Alfredo Pelaia
(vals)
Murió mi compañera idolatrada
la mujer que jamás
olvidaré,
y que tengo en el alma reflejada,
como tiene en su seno la
alborada
la estrella del callado amanecer.
En la noche callada y
misteriosa
su recuerdo me inunda el corazón
y su nombre dulcísimo reboza
de mis labios temblando de pasión.
Ella fue la esperanza de mi vida,
mi consuelo, mi dicha y mi sentir;
la adorada mujer, que no se olvida
y que se lleva en el alma hasta morir.
Yo la amaba con ciega idolatría
ella fue la ventura para mí
porque puso en mí vida tan sombría
con
su dulce cariño, la alegría
que consuela la angustia del vivir.
En
la noche callada y misteriosa
para llevarla al suspirado cielo,
a bajado
un ángel del Señor,
ella se fue y mi vida sin consuelo.
Lloro por
siempre jamás, su eterno duelo
¡Oh cruel destino en dónde está mi amor!
Música: Mario Melfi
Letra: Mario Battistella
Cómo son largas las semanas
cuando no estás cerca de
mí
no sé qué fuerzas sobrehumanas
me dan valor lejos de ti.
Muerta
la luz de mi esperanza
soy como un náufrago en el mar,
sé que me pierdo
en lontananza
mas no me puedo resignar.
¡Ah
¡qué triste es recordar
después de tanto amar,
esa dicha que pasó...
Flor de una ilusión
nuestra pasión se marchitó.
¡Ah
¡olvida mi desdén,
retorna dulce
bien,
a nuestro amor,
y volverá a florecer
nuestro querer
como
aquella flor.
En nuestro cuarto tibio y rosa
todo quedó como otra
vez
y en cada adorno, en cada cosa
te sigo viendo como ayer.
Tu foto
sobre la mesita
que es credencial de mi dolor,
y aquella hortensia ya
marchita
que fue el cantar de nuestro amor.
Música: Charlo
Letra: Luis César Amadori
Rencor, mi viejo rencor,
dejáme olvidar
la cobarde
traición.
¡No ves que no puedo más,
que ya me he secao
de tanto
llorar!
Dejá que viva otra vez
y olvide el dolor
que ayer me
cacheteó...
Rencor, yo quiero volver
a ser lo que fui...
Yo quiero
vivir...
Este odio maldito
que llevo en las venas
me amarga la
vida
como una condena.
El mal que me han hecho
es herida abierta
que me inunda el pecho
de rabia y de hiel.
La odian mis ojos
porque la miraron.
Mis labios la odian
porque la besaron.
La
odio con toda
la fuerza de mi alma
y es tan fuerte mi odio
como fue
mi amor.
Rencor, mi viejo rencor,
no quiero sufrir
esta pena sin
fin...
Si ya me has muerto una vez
¿por qué llevaré
la muerte en mi
ser?
Ya sé que no tiene perdón...
Ya sé que fue vil
y fue cruel su
traición...
Por eso, viejo rencor,
dejáme vivir
por lo que sufrí.
Dios quiera que un día
la encuentre en la vida
llorando vencida
su triste pasado
pa' escupirle encima
todo este desprecio
que
babea mi vida
de amargo rencor.
La odio por el daño
de mi amor
deshecho
y por una duda
que me escarba el pecho.
No repitas nunca
lo que vi' a decirte:
rencor, tengo miedo
de que seas amor.
Música: Aníbal Troilo
Letra: Homero Manzi
(vals)
Primero la cita lejana de abril,
tu oscuro balcón, tu
antiguo jardín.
Más tarde las cartas de pulso febril
mintiendo que no,
jurando que sí.
Romance de barrio tu amor y mi amor.
Primero un
querer, después un dolor,
por culpas que nunca tuvimos,
por culpas que
debimos sufrir los dos.
Hoy vivirás
despreciándome, tal vez sin
soñar
que lamento al no poderte tener
el dolor de no saber olvidar.
Hoy estarás
como nunca lejos mío,
lejos de tanto llorar.
Fue
porque sí,
que el despecho te cegó como a mí,
sin mirar que en el rencor
del adiós
castigabas con crueldad tu corazón.
Fue porque sí
que de
pronto no supimos pensar,
que es más fácil renegar y partir
que vivir
sin olvidar.
Ceniza del tiempo la cita de abril,
tu oscuro balcón,
tu antiguo jardín
las cartas trazadas con mano febril
mintiendo que no,
jurando que sí.
Retornan vencidas tu voz y mi voz
trayendo al volver con
tonos de horror,
las culpas que nunca tuvimos
las culpas que debimos
pagar los dos.
Música: Félix Lipesker (Félix
Villa)
Letra: Homero Manzi
(vals)
Romántica incurable, ¿te recuerdas?
esa noche en las
luces de la fiesta,
nos juramos amor, mientras la orquesta
lloraba en
las cadencias de aquel vals.
Romántica incurable, ¿te recuerdas
nuestra
danza fue un sueño de locura
y tus ojos brillaron de ternura
entornados
detrás del antifaz.
Serpentinas del vals
enredando mi ayer
hoy
me han hecho soñar
en tu viejo querer.
Serpentinas del vals
que
arrastrando tu amor
me han dejado el dolor
de saber que no estás.
Pasabas entre muchas mascaritas
arrastrando el rumor de tu alegría
y entre todas tu sola me atraías
envuelta en el carmín de tu disfraz.
Romántica incurable, ¿te recuerdas?
al volver del jardín, cabeza loca,
me dejaste la marca de tu boca
como un sello feliz del carnaval.
Música: Osvaldo Fresedo
Letra: Homero Manzi
Ronda de ases que no habrán de morir
en mi ciudad...
Mientras se queje un violín.
Tinglado de barrio, farol de arrabal.
Aplauso de esquina. Telón de almacén.
Los tangos de Pacho, de Greco y
Bazán.
El fueye de Arolas sangrando un querer.
La voz de Gabino payando
en un vals
y el eco compadre de Carlos Gardel.
Ronda de ases que se
fueron
y que siempre volverán
con el viento del recuerdo
que sacude
mi arrabal.
Voces viejas que renacen
en la paz del corralón
y en la
sombra de la higuera
y en el yuyo del zanjón.
Ronda de ases que no
habrán de morir
en mi ciudad... mientras se queje un violín...
Llegó
de Chiclana la piba del sur
y aquella Griseta llegó de París.
Cruzaron
el tango bichitos de luz,
fracasos de seda, muñecas de spleen.
Contursi les dijo Mireya y Esther.
González Castillo, Manón y
Mimí...
Música: Charlo
Letra: Enrique Cadícamo
Esta noche tengo ganas de buscarla,
de borrar lo que
ha pasado y perdonarla.
Ya no me importa el qué dirán
ni de las cosas
que hablarán...
¡Total la gente siempre habla!
Yo no pienso más que en
ella a toda hora.
Es terrible esta pasión devoradora.
Y ella siempre sin
saber,
sin siquiera sospechar
mis deseos de volver...
¿Qué me
has dado, vida mía,
que ando triste noche y día?
Rondando siempre tu
esquina,
mirando siempre tu casa,
y esta pasión que lastima,
y este
dolor que no pasa.
¿Hasta cuando iré sufriendo
el tormento de tu amor?
Este pobre corazón que no la olvida
me la nombra con los labios de
su herida
y ahondando más su sinsabor
la mariposa del dolor
cruza en
la noche de mi vida.
Compañeros, hoy es noche de verbena.
Sin embargo,
yo no puedo con mi pena
y al saber que ya no está,
solo, triste y sin
amor
me pregunto sin cesar.
Música: Alfredo Malerba
Letra: Homero Manzi
(milonga)
Lava la ropa, mulata,
pena y amor.
La espuma por
blanca
parece algodón.
Tus manos por negras,
betún y carbón.
Lava la ropa, mulata,
pena y amor.
Me dicen que por el río
al
soplo del viento sur,
se fue tu negro Fanchico
en una barquita azul.
Estás lavando y llorando,
llorando por su traición,
que es triste
seguir amando
después que se fue el amor.
Me dicen que por el agua,
y que por el cañadón,
y que por la calle larga
robaron tu corazón.
Lava la ropa, mulata,
pena y amor.
Lavando y fregando
con
llanto y jabón,
quítale las manchas a tu corazón,
a tu corazón.
Lava
la ropa, mulata,
pena y amor.
Lavando la ropa blanca
con tus
manos de tizón,
piensas en aquel pañuelo
que tu cariño bordó.
Lavando ropa en la orilla
las olas te hacen pensar
en los amores que
un día
igual que vienen se van.
No llores que por el río
y al soplo
del viento sur,
tal vez retorne Fanchico
en una barquita azul.
La ropa baila en el aire,
el viento la hace bailar
tus ojos
tristes y grandes
sólo saben lagrimear,
ay... ay... ¡quién será que en
la tarde
los hace llorar, llorar!
Lava la ropa, mulata,
pena y
amor,
la espuma por blanca
parece algodón.
Tus ojos por negros,
betún y carbón.
Lavando y fregando
con llanto y jabón,
quítale
las manchas
a tu corazón.
Música: Guillermo Barbieri
Letra: José Rial (h)
(Vals)
Tu eres la vida, la vida dulce,
llena de encantos y
lucidez;
tú me sostienes y me conduces
hacia la cumbre de tu altivez.
Tú eres constancia, yo soy paciencia;
tú eres ternura, yo soy piedad
Tú representas la independencia,
yo simbolizo la libertad.
Tú
bien lo sabes que estoy enfermo
y en mi semblante claro se ve
que ya de
noche casi no duermo,
no duermo nada ¿sabes por qué?
Porque yo sueño
cómo te aprecio,
de que a mi lado te he de tener...
Son sueños malos,
torpes y necios,
pero, mi vida, ¡qué voy a hacer!
Yo sufro mucho, me
duele el alma
y es tan penosa mi situación
que muchas veces, por buscar
calma,
llevo mis dedos al diapasón...
De tu desprecio nunca hagas
gala
porque, si lo haces, ¡pobre de mí!...
Quereme siempre, no seas tan
mala...
Vamos, ingrata, ¡no seas así!
Música: Rafael Rossi
Letra: Eugenio Cárdenas
(vals)
La tarde que en tus ojos vi
el mundo de mi cielo
ideal,
todas mis ansias puse en ti
y desde entonces supe amar.
Y
mientras que en un velo azul
brillaba majestuoso el sol,
yo te quise
entregar
mis suspiros de amor.
Tu vida encantadora amé
de cuando te
acercaste a mí,
porque me parecía ver
un cielo de ternura en ti.
Y
de esa vez, mis ansias van
buscando tu pasión
porque ella aumenta mi
viva emoción.
Junto a la madreselva en flor
tu boca, sólo mía, fue,
y en ella mi cariño halló
la gloria que soñé.
¿Te acuerdas, mi
preciosa hurí,
que tu alma enamorada, fue
en todo mi feliz querer
una rosa de Abril?
Tú sos, mi bien,
vergel de amor,
mujer
por quien
mi ser vivió.
Y si tu corazón me das
he de sentir
la
dulce paz
de mi vivir.
Música: José Basso
Letra: Francisco García Jiménez
La vida es este río
que me arrastra en su corriente
blando y yacente, lívida imagen,
de vuelta ya de todos los nostálgicos
paisajes,
muerta la fe, marchita la ilusión...
Me queda en este río de
las sombras, sin riberas,
una postrera, dulce palabra,
pálida esperanza
entre el murmullo:
¡nombre tuyo!... ¡nombre tuyo!...
dulce nombre de un
amor.
Te llamabas Rosicler,
como el primer
rayo del día...
Y
en los lirios de tu piel
todo mi ayer
se perfumó.
Ese ayer que me
persigue
con su máscara terrible
de dolor y de imposible...
Ya me
voy, rubia mujer,
ya nunca más
he de volver.
Y en el río de las
sombras
soy la sombra que te nombra,
¡mi Rosicler!...
La vida
está detrás, en una playa murmurante,
virgen marina, frente al levante,
debajo de un revuelo de primeras golondrinas
cuyo pregón me oprime el
corazón.
La vida está detrás, en la palabra luminosa,
que era tu nombre
de luz y rosa.
Esto... que repito entre el murmullo:
¡nombre tuyo!...
¡nombre tuyo!...
mientras muero sin amor.
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
(foxtrot)
Peggy, Betty, July, Mary,
rubias de New York,
cabecitas adoradas
que mienten amor.
Dan envidia a las estrellas,
yo no se vivir sin ellas.
Betty, July, Mary, Peggy,
de labios en
flor.
Es como el cristal
la risa loca de July,
es como el cantar
de un manantial.
Turba mi soñar
el dulce hechizo de Peggy,
su
mirar azul
hondo como el mar.
Deliciosas criaturas perfumadas,
quiero el beso de sus boquitas pintadas.
Frágiles muñecas
del olvido
y del placer;
ríen su alegría,
como un cascabel.
Rubio cocktail
que emborracha,
así es Mary.
Tu melena que es de plata
quiero para
mí.
Si el amor que me ofrecías
sólo dura un breve día,
tiene el
fuego de una brasa
tu pasión, Betty.
Deliciosas criaturas
perfumadas,
quiero el beso de sus boquitas pintadas.
Frágiles muñecas
del olvido y del placer,
ríen su alegría,
como un cascabel.
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo
Ven... No te vayas...
Qué apuro de ir saliendo.
Aquí el ambiente es tibio
y afuera está lloviendo.
Ya te he devuelto
tus cartas, tus retratos.
Charlemos otro rato
que pronto ya te irás.
Ya nada tuyo me queda al separarnos.
Es eruel la despedida
y triste
el distanciarnos...
Hoy... Ven...
No lloremos,
que las lágrimas
conmueven
y nada debe
detener tu decisión.
Rubí... acuérdate de
mí.
No imploro tu perdón,
mas de tu corazón no me arrojes
Rubí...
¿Adónde irás sin mí?
¡Cuando no estés conmigo,
quién podrá quererte así!
Rubí... En este instante gris,
un último dolor
me causará tu adiós.
Después, la noche,
con su frío y con su iluvia
pondrá su broche
sobre mi corazón.
Vas a dejarme... Sin duda, sufriremos.
Con
nuestros sinsabores
por senda aparte, iremos...
No has de olvidarme por
más que no te vea.
Yo viviré en tu idea
y tú en mi corazón...
Ven,
que la lluvia, afuera, no ha cesado...
La noche es cruel y fría
¡No
salgas de mi lado!... ¡Amor!
Borremos todo, amada mía, que esta escena
ha sido sólo un episodio sin valor.
Música: Virgilio Carmona
Letra: Emilio Falero
El payaso con sus muecas
y su risa exagerada,
nos
invita, camaradas,
a gozar del carnaval;
no notáis en esa risa
una
pena disfrazada,
que su cara almidonada,
nos oculta una verdad.
Ven payaso, yo te invito,
compañero de tristezas,
ven y siéntate
a mi mesa
si te quieres embriagar;
que si tu tienes tus penas
yo
también tengo las mías
y el champagne hace olvidar.
Ríe, tu risa me
contagia
con la divina magia
de tu gracia sin par.
Bebamos mucho,
bebamos porque quiero,
con todo este dinero
hacer mi carnaval.
Lloras, payaso buen amigo.
No llores que hay testigos
que
ignoran tu pesar;
seca tu llanto y ríe con alborozo,
a ver, pronto, ¡che
mozo,
tráigame más champagne!
Yo, también, como el payaso
de la
triste carcajada,
tengo el alma destrozada
y también quiero olvidar;
embriagarme de placeres
en orgías desenfrenadas
con mujeres
alquiladas
entre música y champagne.
Hace uno año, justamente,
era muy de madrugada,
regresaba a mi morada
con deseos de descansar;
al llegar vi luz prendida
en el cuarto de mi amada...
es mejor no
recordar.