
Letras de tango
Música: Lucio Demare
Letra: Agustín Irusta / Roberto Fugazot
Dandy,
ahora te llaman
los que no te conocieron
cuando entonces
eras terrán,
porque pasás por niño bien
y ahora
te creen que sos un gran bacán;
mas yo sé, dandy,
que sos un seco, y en
el barrio
se comentan fulerías,
para tu mal...
Cuando sepan que sos
confidente,
tus amigos del café
te piantarán.
Has nacido en una
cuna
de malevos, calaveras,
de vivillos y otras yerbas...
Sin
embargo, ¡quién diria!,
en el circo de la vida
siempre fuistes un
chabón.
Entre la gente del hampa
no has tenido performance,
pero
dicen los pipiolos
que se ha corrido la bolilla
y han junado que sos
un gran batidor...
Dandy,
en vez de darte
tanto corte pensá
un poco
en tu viejita
y en su dolor.
Tu pobre hermana en el taller
su vida entrega con entero amor
y por las noches
su almita enferma,
con la de su madrecita
en una sola sufriendo están...
Pero un dia,
cuando nieve en tu cabeza,
a tu hermana y a tu vieja
llorarás.
Música: Eduardo Bonessi
Letra: Domingo Gallicchio
Cabecita loca, tu recuerdo me provoca.
Te ahogabas en
mis brazos,
quisiste libertad
y en tu desvarío
vuelas hoy a tu
albedrío,
brindándote a los hombres
que luego se hartarán;
rindiéndote a sus plantas
te hará una de tantas
tu ciego afán.
¡Ay, pobre mariposa,
que vas de flor en flor,
pudiéndote arrullar
en el nidito de mi amor!
Hoy que mi alma con pavor vislumbra
la
gran tragedia
de tu final,
en la misma llama que te alumbra
tus
pobres alas se habrán de quemar,
y entonces abatida,
oh cabecita loca,
pretendes que la herida
la cierre con mi boca.
Yo te lo juro por los
sueños fracasados,
por mis tormentos, por mis noches de dolor,
que en el
espasmo de mis besos afiebrados
yo dejaré sellados
con bárbaro terror
los pecadores labios tuyos, condenados
por querer libar de flor en flor.
Música: Rodolfo Sciammarella
Letra: Rodolfo Sciammarella
De tanto y tanto quererla
me ha entrado miedo,
miedo de perderla.
No puedo darme reposo,
estoy enamorado
y
estoy celoso.
Mezcla de dulzura y de tormento
es este amor que en mi
alma siento.
De tanto y tanto quererla
me ha entrado miedo
de no
verla más.
A Dios le pido
que perdone mi egoísmo
pero quisiera
que sienta ella lo mismo,
que cuando esté lejos de mí
sienta un
vacío
y necesite estar cerquita mío.
Que también sienta
en sus
ansias de quererme
el mismo miedo,
el miedo de perderme;
que tenga
celos
de mi amor...
Que no será para su mal,
así estaremos
de
igual a igual.
Música: Roberto Goyheneche
Letra: Roberto Goyheneche
Yo de mi barrio era la piba más bonita,
en un colegio
de monjas me eduqué
y aunque mis viejos no tenían mucha guita
con
familias bacanas me traté.
Y por culpa de ese trato abacanado
ser niña
bien fue mi única ilusión,
y olvidando por completo mi pasado,
a un
magnate entregué mi corazón.
Por su porte y su trato distinguido
por
las cosas que me mintió al oído,
no creí, que pudiese ser malvado
un
muchacho tan correcto y educado.
Sin embargo, me indujo el mal hombre
con promesa de darme su nombre,
a dejar mi hogar abandonado
para ir
a vivir a su lado.
Y es por eso que mi vida se desliza
entre el
tango y el champagne del cabaret
mi dolor se confunde en mi sonrisa,
porque a reír mi dolor me acostumbré...
Y si encuentro algún otario que
pretenda
por el oro mis amores conseguir,
yo lo dejo sin un cobre pa'
que aprenda
y me paguen lo que aquel me hizo sufrir.
Hoy bailo el
tango, soy milonguera
me llaman loca y ¿qué se yo?...
Soy flor de fango,
una cualquiera
culpa del hombre que me engañó...
Entre las luces de mil
colores
y la alegría de] cabaret,
vendo caricias y vendo amores
para
olvidar a aquel que se fue...
Música: Carlos Olmedo
Letra: Abel Aznar
¡Che mozo! Sirva un trago más de caña,
yo tomo sin
motivo y sin razón;
no lo hago por amor que es vieja maña,
tampoco
pa'engañar al corazón.
No tengo un mal recuerdo que me aturda,
no tengo
que olvidar una traición,
yo tomo porque sí... ¡de puro curda!
Pa'mi es
siempre buena la ocasión.
Y a mi, qué me importa que diga la gente
que paso la vida en un mostrador.
Por eso no dejo de ser bien decente,
no pierdo mi hombría ni enturbio mi honor.
Me gusta y por eso, le pego
al escabio,
a nadie provoco ni obligo jamás
y al fin, si tomando me hago
algún daño,
lo hago conmigo... ¡De curda nomás!
Si un hombre
pa'tomar un trago e'caña
precisa la traición de una mujer,
no es hombre,
no se cura, no se engaña.
¡Es maula p'al sufrir y p'al perder!
Yo tengo
bien templado el de la zurda
no tomo p'aguantar un tropezón,
yo tomo
porque sí... ¡De puro curda!
Pa'mi es siempre buena la ocasión.
Música: Nicolás Messutti
Letra: Carlos Álvarez Pintos
Volvés de tardecita,
al barrio lindo que te vio,
en otra tardecita,
irte siguiendo una ilusión...
Ves que todo está
igualito,
nada cambió en el nidito,
que alegrabas con tu risa ayer...
Y aunque vuelvas derrotada,
sabrás que la muchachada
te sigue
teniendo siempre fe...
La luz del centro te hizo creer,
que la
alegría
que vos querías
estaba lejos de tu arrabal
y vestías sedas,
y no percal...
Ir bien vestida, llevar gran lujo,
era el embrujo
de
tu ambición...
¡Equivocando el camino,
vendiste tu corazón!...
Desde que vos te fuiste,
el barrio nunca más cantó...
Una pena
muy triste,
todas las cosas envolvió...
Cuántas veces tu viejita,
al
caer la tardecita,
creyó ver, temblando de emoción,
que daba vuelta la
esquina,
la mimosa chiquilina,
que regresaba a pedir perdón...
Música: Salvador Merico
Letra: Enrique Cadícamo
De un tiempo a esta parte, muchacha, te noto
más
pálida y triste... Decí ¿qué tenés?
Tu carita tiene el blancor del loto
y yo, francamente, chiquita, no sé...
¿Qué pena te embarga? ¿Por qué ya
no ríes
con ese derroche de plata y cristal?
Tu boquita, donde sangraron
rubíes,
hoy muestra una mueca, trasuntando un mal...
El piano está
mudo.
Tus ágiles manos
no arrancan el tema
del tango tristón...
A veces te encuentro
un poco amargada,
llorando, encerrada,
en
la habitación.
Y he visto, extrañando,
que muy a menudo,
"de todo te
olvidas",
cabeza de novia,
¡nimbada de amor!
¿Qué es lo que te
pasa? Cuéntame; te ruego
que me confidencias tu preocupación...
Acaso tu
pena es la que Carriego,
rimando cuartetas, a todos contó.
"De todo te
olvidas, cabeza de novia",
pensando en el chico que en tu corazón
dejó
con sus besos sus credos amantes,
como un ofertorio de dulce pasión...
Música: José Martínez
Letra: Pascual Contursi
Percanta que arrepentida
de tu juida
has vuelto al
bulín,
con todos los despechos
que vos me has hecho, te perdoné...
Cuántas veces contigo
y con mis amigos
me encurdelé,
y en una
noche de atorro
en el cotorro no te encontré.
Te busqué por todo el
cuarto,
imaginándome, mi vida,
que estuvieras escondida
para darme
un alegrón.
Luego vi si del ropero
la ropa ya habías quitado,
y al
ver que la habías llevado
lagrimeó mi corazón.
La carta de despedida
que me dejaste al irte,
decia que ibas a unirte
con quien te diera
otro amor.
La repasé varias veces
no podía conformarme
de que fueras
a amurarme
por otro bacán mejor.
Recuerdo aquellos días
cuando
me decías
mirándome:
Mi amor es sincero y puro,
y yo te juro
que
te amaré.
Y que al darte un abrazo
en tus ojazos
lágrimas vi.
Yo
no sé, vida mía
cómo has podido engrupirme así.
Música: Raúl de los Hoyos
Letra: Emilio Fresedo
Del barrio de las latas
se vino pa’ Corrientes
con
un par de alpargatas
y pilchas indecentes.
La suerte tan mistonga
un
tiempo lo trató,
hasta que al fin, un día,
Beltrán se acomodó.
Y
hoy lo vemos por las calles
de Corrientes y Esmeralda,
estribando unas
polainas
que dan mucho dique al pantalón.
No se acuerda que en Boedo
arreglaba cancha’e bochas,
ni de aquella vieja chocha,
por él, que
mil veces lo ayudó.
Y allá, de tarde en tarde,
haciendo comentarios,
las viejas, con los chismes
revuelven todo el barrio.
Y dicen en voz
baja,
al verlo un gran señor:
"¿Tal vez algún descuido
que el mozo
aprovechó?"
Pero yo que sé la historia
de la vida del muchacho,
que del barrio de los tachos
llegó por su pinta hasta el salón,
aseguro que fue un lance
que quebró su mala racha,
una vieja muy
ricacha
con quien el muchacho se casó.
Música: Francisco Lomuto
Letra: Homero Manzi / José María Contursi
El destino, que siempre vive alerta,
por fin golpeó mi
puerta para cobrar mi error...
Fui culpable de que sufrieras tanto,
culpable de tu llanto,
culpable de tu amor.
Mis veinte años no
sabían
lo que vale una ilusión...
y, cobarde, mi paso traicionero
detrás de otro sendero
un día se alejó.
Y hoy, he vuelto tan
cambiado
que, entre lágrimas, tus ojos
me contemplan asombrados...
quise atarme a tu perdón, y el corazón
sintió tu corazón... helado.
Ves... la vida nos enseña a comprender,
ves... el tiempo te ha vengado
sin querer.
Y, al final, hecho pedazos
se nos muere entre los brazos...
el ayer.
Los recuerdos nos hacen tanto daño
tal vez porque los años
agranden la emoción.
En tu caso, por todo lo sufrido,
y en mi, por
lo perdido
después de aquel error.
No tenemos otro lazo
que la
sombra de este amor...
Mas la pena tiembla entre mis labios,
al darte el
desagravio, te da mi corazón.
Música: Enrique Cadícamo
Letra: Enrique Cadícamo
(milonga)
En dirección pa'l bulín,
siempre por la misma calle,
la del tembloroso talle
y los labios de carmín,
va palpitando su fin
desde que está enferma y mal
descarte del arrabal,
que ya me parece
verte,
que te da espiante la muerte
del lecho de un hospital...
Abandonaste tu hogar
en la flor de tus abriles,
tus caprichos
infantiles
que quisiste realizar.
Y hoy, va a la iglesia, a rezar
arrodillada, tu vieja,
le ruega a Dios, te proteja
y te ordene
regresar...
Y encima tu "shacador"
que no la va de manguero
por
cada giorno fulero... le da
le da un amasijo flor.
Música: Rosita Melo
Letra: Homero Manzi / Víctor Piuma Vélez
(vals)
Alma, si tanto te han herido,
¿por qué te niegas al
olvido?
¿Por qué prefieres
llorar lo que has perdido,
buscar lo que
has querido,
llamar lo que murió?
Vives inútilmente triste
y sé
que nunca mereciste
pagar con penas
la culpa de ser buena,
tan buena
como fuiste
por amor.
Fue lo que empezó una vez,
lo que después
dejó de ser.
Lo que al final
por culpa de un error
fue noche amarga
del corazón.
¡Deja esas cartas!
¡Vuelve a tu antigua ilusión!
Junto al dolor
que abre una herida
llega la vida
trayendo otro
amor.
Alma, no entornes tu ventana
al sol feliz de la mañana.
No
desesperes,
que el sueño más querido
es el que más nos hiere,
es el
que duele más.
Vives inútilmente triste
y sé que nunca mereciste
pagar con penas
la culpa de ser buena,
tan buena como fuiste
por
amor.
Música: Rosita Melo
Letra: Víctor Piuma Vélez
(vals)
Yo también desde el alma
te entregué mi cariño
humilde y pobre
pero santo y bueno
como el de una madre
como se
ama a Dios.
Porque tú eres mi vida
porque tú eres mi sueño
porque las penas
que en el alma tuve
tú las disipaste
con tu
amor.
Después de tanto dolor
tu santo amor
me hizo olvidar
de la amargura
que hasta ayer guardé
dentro del alma y corazón.
Perdona madre mía
si me olvidé un instante
de tus caricias
de tus tiernos besos
de todos tus ruegos
¡Ay, perdóname!
Pero si supieras
la buena virgencita
que hoy me consuela
que
me da alegrías
en las horas tristes
cuando pienso en ti.
Perdona
madre
si un instante te olvidé
perdóname, perdona madre
que tu
recuerdo
nunca borraré.
Música: Edmundo Rivero
Letra: Yacaré (Felipe Fernández)
(milonga)
Che, Grela, batile al zurdo
que ayer ¡parece mentira!
en corte me mandó un tira
con el fierro y el balurdo
y cuando me
hallaba curdo
batí el justo y la arruiné,
sobre el pueno me aboqué
pa' sacar limpio al goruta
que lo había catao la yuta
laborando en
"societé"
Batile al grone Peroca
que queme el bobo en el pío
junto con el zarzo mío,
la empiedrada y la marroca,
que reduzca
aunque sea poca
la "menaje" del bulín...
Mis tasbo de marroquín,
las
pilchas y la catrera
y vos... piantá de ladera
con la mina de Pachín...
Si me sale bien el tiro
y sobresee el magistrao,
creo seré
jubilao
de circular en el yiro,
es por eso que me estiro
en la
cuestión del sumario
pa' que vos al secretario
lo trabajés con cautela
y...
¡quien te dice, che Grela,
que me limpian por otario!
En
fin, estoy en gayola
sin fasos... mal empilchao,
del celador mal mirao
por carencia de chirola...
traime (si es que me das bola)
siquiera
un goman, m' hijita,
no faltés a la visita
y acordate de tu coso,
que aunque chorro y ranfañoso
¡sabe llamarte Grelita!
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Luis César Amadori / Enrique Santos Discépolo
¡Qué desencanto más hondo,
qué desencanto brutal!
¡Qué ganas de hecharse en el suelo
y ponerse a llorar!
Cansao de
ver la vida,
que siempre se burla
y hace pedazos
mi canto y mi fe.
La vida es tumba de ensueños
con cruces que, abiertas,
preguntan... ¿pa' qué?
Y pensar que en mi niñez
tanto ambicioné,
que al soñar
forjé tanta ilusión;
oigo a mi madre aún,
la oigo
engañándome,
porque la vida me negó
las esperanzas que en la cuna
me
cantó.
De lo ansia, sólo
alcancé su amor,
y, cuando lo alcancé,
me traicionó.
Yo hubiera dado la vida
para salvar la ilusión.
Fue el único sol de esperanza
que tuvo mi fe, mi amor.
Dulce
consuelo
del que nada alcanza.
Sueño bendito
que me hizo traición.
Yo vivo muerto hace mucho,
no siento ni escucho
ni a mi corazón.
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo
Estás desorientado y no sabés
qué "trole" hay que
tomar para seguir.
Y en este desencuentro con la fe
querés cruzar el mar
y no podés.
La araña que salvaste te picó
-¡qué vas a hacer!-
y el
hombre que ayudaste te hizo mal
-¡dale nomás!-
Y todo el carnaval
gritando pisoteó
la mano fraternal
que Dios te dio.
¡Qué
desencuentro!
¡Si hasta Dios está lejano!
Llorás por dentro,
todo es
cuento, todo es vil.
En el corso a contramano
un grupí trampeó a
Jesús...
No te fíes ni de tu hermano,
se te cuelgan de la cruz...
Quisiste con ternura, y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón.
Se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón
Amargo desencuentro, porque ves
que es al revés...
Creiste en la
honradez
y en la moral...
¡qué estupidez!
Por eso en tu total
fracaso de vivir,
ni el tiro del final
te va a salir.
Música: Hugo Gutiérrez
Letra: Homero Manzi
Después ...
La luna en sangre y tu emoción,
y el
anticipo del final
en un oscuro nubarrón.
Luego ...
irremediablemente,
tus ojos tan ausentes
llorando sin dolor.
Y
después...
La noche enorme en el cristal,
y tu fatiga de vivir
y mi
deseo de luchar.
Luego ...
tu piel como de nieve,
y en una ausencia
leve
tu pálido final.
Todo retorna del recuerdo:
tu pena y tu
silencio,
tu angustia y tu misterio.
Todo se abisma en el pasado:
tu
nombre repetido ...
tu duda y tu cansancio.
Sombra más fuerte que la
muerte,
grito perdido en el olvido,
paso que vuelve del fracaso
canción hecha pedazos
que aún es canción.
Después ...
vendrá
el olvido o no vendrá
y mentiré para reír
y mentiré para llorar.
Torpe
fantasma del pasado
bailando en el tinglado
tal vez para
olvidar.
Y después,
en el silencio de tu voz,
se hará un dolor de
soledad
y gritaré para vivir...
como si huyera del recuerdo
en
arrepentimiento
para poder morir.
Música: Francisco Canaro
Letra: Juan Andrés Caruso
Para ahogar hondas penas que tengo,
que me matan y que
no se van,
yo levanto temblando en mis manos
esta copa de rubio champán.
Los invito conmigo a beber
que bebiendo se habrán de olvidar
los
destellos de amores perdidos
que suelen los ojos de llanto nublar.
Yo he sabido otras veces beber
en la fuente de sus labios rojos
y la luz de sus lánguidos ojos
muchas noches de amor me embriagó.
Pero, amigos, ella me olvidó
y en el fino cristal de esta copa
me
parece que veo la boca
que mil veces mi boca besó.
En mi alma
quedaron destellos
de ese amor que no se irá jamás
pues, por más que lo
intento, no puedo
esa luz que me quema apagar.
Si esta noche borracho me
ven
a mí mismo me quiero engañar
y es por eso que, amigos, invito:
Bebamos, me quiero aturdir con champán.
Música: Eduardo Bonessi
Letra: Enrique Cadícamo
Aunque vos pretendas
que me aparte de tu senda;
aunque me dejes solo,
yo siempre te he de amar;
aunque por mis celos
viva lleno de desvelos
pensando que muy pronto
de mí te alejarás,
igual... igual te adoro,
te lloro y te imploro
con loco afán.
En
la tristeza inmensa
de mi desolación,
los duendes de mi mal
me van
mordiendo el corazón.
Mientras tu inconstancia me acorrala
y en mí
se clava
como un puñal,
en las horas tristes de mi insomnio
mis
pobres ojos
no puedo cerrar.
De los espejos turbios
de mi
melancolía,
todos nuestros amores
surgen de aquellos días...
Ronda
flotando por el cuarto tu figura,
y luego, riendo, te detienes junto a mí
para besarme con tu boca misteriosa,
tu boca deliciosa,
tu beso de
carmín.
Hasta que me sorprende al fin la madrugada
loco de cansancio y
sin dormir.
Solo... solo y triste
porque sé que tú no existes...
La noche se hace larga
pensando siempre en ti.
Y de ansiarte tanto
sin querer, me asalta el llanto;
un llanto silencioso
que brota sin
cesar...
Un llanto que mis ojos,
sin sueño y rojos,
no aguantan más.
Y en este drama mío
yo me hundo sin piedad.
Párate, corazón,
no
abrumes más mi soledad.