
Letras de tango
Música: Sebastián Piana
Letra: José González Castillo
Un callejón de Pompeya
y un farolito plateando el
fango
y allí un malevo que fuma,
y un organito moliendo un tango;
y
al son de aquella milonga,
más que su vida mistonga,
meditando, aquel
malevo
recordó la canción de su dolor.
Yo soy aquel que, en
Corrales,
-los carnavales
de mis amores-
hizo brillar tus bellezas
con las lindezas
de sus primores;
pero tu inconstancia loca
me
arrebató de tu boca,
como pucho que se tira
cuando ya
ni sabor ni
aroma da.
Tango querido
que ya pa'siempre pasó,
como pucho
consumió
las delicias de mi vida
que hoy cenizas sólo son.
Tango
querido
que ya pa'siempre calló,
¿quién entonces me diría
que vos te
llevarías
mi única ilusión?
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Yo no quiero que nadie a mí me diga
que de tu dulce
vida
vos ya me has arrancado.
Mi corazón una mentira pide
para
esperar tu imposible llamado.
Yo no quiero que nadie se imagine
cómo es
de amarga y honda mi eterna soledad,
en mi larga noche el minuto muele
la pesadilla de su lento tic-tac.
En la doliente sombra de mi
cuarto, al esperar
sus pasos que quizás no volverán,
a veces me parece
que ellos detienen su andar
sin atreverse luego a entrar.
Pero no hay
nadie y ella no viene,
es un fantasma que crea mi ilusión.
Y que al
desvanecerse va dejando su visión,
cenizas en mi corazón.
En la
plateada esfera del reloj,
las horas que agonizan se niegan a pasar.
Hay
un desfile de extrañas figuras
que me contemplan con burlón mirar.
Es
una caravana interminable
que se hunde en el olvido con su mueca espectral,
se va con ella tu boca que era mía,
sólo me queda la angustia de mi mal.
Música: Roberto Garza
Letra: Carlos Bahr
Aunque no tuve colegio
a nadie supe faltar.
Hoy
ando medio animado
con unos tragos de más.
Es que evocando el pasado
se me dio por festejar.
Como no tengo costumbre
media copa me hace
mal.
Disculpen si me he pasado.
No me gusta importunar,
pero
charlo demasiado
cuando tomo un par de tragos
y me da por recordar.
La cosa fue por Barracas.
La llamaban Soledad.
No hubo muchacha más
guapa...
Soledad, la de Barracas,
que me trajo soledad.
Para
servirlos, Vallejo,
bastante mayor de edad.
Conozco mejores días
y
supe andar en señor.
Uno está abajo o arriba
según mande el corazón.
Todo ha cambiado en mi vida
por una historia de amor.
Música: Francisco Lomuto
Letra: José María Contursi
Quisiera abrir lentamente mis venas...
Mi sangre toda
vertirla a tus pies...
para poderte demostrar
que más no puedo amar
y entonces... Morir después.
Y sin embargo tus ojos azules,
¡azul
que tienen el cielo y el mar!
viven cerrados para mí
sin ver que estoy
así...
¡Perdido en mi soledad!
¡Sombras, nada más,
acariciando
mis manos!
¡Sombras, nada más,
en el temblor de mi voz!
Pude ser
feliz
y estoy en vida muriendo
y entre lágrimas viviendo
los pasajes
más horrendos
de este drama sin final...
¡Sombras, nada más,
entre
tu vida y mi vida...
Sombras, nada más,
entre mi amor y tu amor!
Qué breve fue tu presencia en mi hastío,
qué tibias fueron tu mano y
tu voz.
Como luciérnaga llegó
tu luz y disipó
las sombras de mi
rincón...
Y me quedé como un duende, temblando
sin el azul de tus ojos
de mar,
que se han cerrado para mí
sin ver que estoy así...
¡Perdido
en mi soledad!
Música: Enrique Rodríguez
Letra: Enrique Cadícamo
Son cosas del bandoneón
que se ha puesto a rezongar,
no son mías las tristezas
de esta noche de champán...
No tengo que
ocultar
ni tengo penas que desenterrar.
Si algún dolor está
flotando
sin querer
sépanlo todos, compañeros, que...
son cosas del bandoneón,
que por gusto, nada más,
esta noche de verbena,
se le ha dado por
llorar.
Bandoneón de triste rezongar:
tu lamento me hace mal,
bandoneón, tu funeral compás
es un réquiem compadrón...
Hay que
reír...
Hay que cantar...
Mejor será mentir
nuestro penar...
Yo,
como vos...
sufro también,
hermano bandoneón,
no llores más...
Muchachos, quiero brindar:
"Por la vida que se va"...
Levantemos
esta copa
burbujeante de champán...
La risa lucirá
su alegre
cascabel
y en nuestras bocas colgará un reír.
Y si el sollozo está
flotando sin querer,
no se preocupen compañeros, que...
Son cosas
del bandoneón
que, por gusto nada más,
en la fiesta de esta noche
se
le ha dado por llorar.
Música: Eugen Partos Veda
Letra: Carlos Cappenberg
(balada)
La inmensa extensión de las estepas
cubierta por la
blanca nieve está
y son de este presidio las murallas
tan altas, que ni
el sol se ve alumbrar.
Las celdas por la nieve están cubiertas
y dentro
de una celda un hombre está;
sus ojos afiebrados son fantasmas
y canta
esta canción que hace llorar.
¡Sonia! ¡Sonia! Tus cabellos negros
en
sueños mil veces besé yo.
Nunca yo podré olvidarte;
tú del Volga eres
bella flor.
¡Sonia! ¡Sonia! Mi existencia muere,
encerrada en esta
prisión,
y antes que la nieve me aprisione el corazón,
quiero llegue a
ti mi maldición.
Cuando eras mi esposa yo te amaba,
y con mi amor la
vida yo te di
y ciego de pasión yo adivinaba
aquella vil pasión que
sorprendí.
¡Tus labios de otros labios eran lecho
y a un hombre vi que
el cuello te ciñó!
Entonces mi puñal hundí en su pecho
el juez tan sólo
a mí me condenó.
¡Sonia! ¡Sonia! Tus cabellos negros
en sueños mil
veces besé yo.
Nunca yo podré olvidarte;
tú del Volga eres bella flor.
¡Sonia! ¡Sonia! Mi existencia muere,
encerrada en esta prisión,
y
antes que la nieve me aprisione el corazón,
quiero llegue a ti mi maldición.
¡Sonia! ¡Sonia! ¡Ya no sé si existes!
Y nada en este mundo llega a
mí,
sólo hordas y hordas de cosacos
y de hambrientos lobos hay aquí.
Aunque mi recuerdo en tu memoria,
por ser tú dichosa, ya no esté,
en
tus sueños, cual fantasma apareceré,
y esta historia te recordaré.
Música: Ángel Villoldo
Letra: Ángel Villoldo
Soy el rubio más compadre,
más tremendo y calavera,
y me bailo donde quiera
un tanguito de mi flor.
Como luz soy para el
fierro
y sin mentirle, señores,
en las cuestiones de amores
afilo
que da calor.
Tengo una morocha
en calle Suipacha
que es una
muchacha
así com'il fó
y en calle Esmeralda
afilo a una chica
¡qué cosa más rica!
como ella no hay dos.
Y no hay moza que se
me resista
si dos palabras le digo yo;
se me viene como gato al bofe
pero regalos jamás le doy.
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo
Soy un arlequín,
un arlequín que canta y baila
para ocultar
su corazón lleno de pena.
Me clavó en la cruz
tu
folletín de Magdalena
porque soñé
que era Jesús y te salvaba.
Me
engañó tu voz,
tu llorar de arrepentida sin perdón
Eras mujer... ¡Pensé
en mi madre
y me clavé!
Viví en tu amor una esperanza
la inútil
ansia de tu salvación.
¡Perdonáme si fui bueno!
Si no sé más que sufrir.
Si he vivido entre las risas
por quererte redimir.
¡Cuánto dolor que
hace reír!
Música: Héctor Stamponi
Letra: Horacio Ferrer
(Recitado)
Damas y caballeros... ¡Música, maestro!
Soy un payaso que no pintó Picasso
y Sarrasani y el Gran Thiany ¡jamás
vieron!
No tengo traje de volados, ni rataplán ni galerita
ni botonazos
de fulgurante ni regadera.
Sé sólo un chiste mediocre
y mejor no lo
supiera: mi vida. ¡Jú, jú, jú!
Soy un payaso y si hace falta
soy el oso,
el tony, el pony,
el acomodador, el director de pista,
el dentista del
elefante y el tragafuegos.
¿Por qué soy un circo entero?
Porque vos
estás tan triste,
amigo del alma. Oí...
(Cantado)
Soy un circo,
hermano mío, soy un circo,
secá tu llanto en la melena del león,
después
vestite con mi frac de pajaritos
que el Quijote y Buster Keaton
nos
esperan en el hall.
En mi circo todo está color relincho,
colgá en
los cuernos de la luna tu rencor,
si un gran bolsillo de payaso es el
destino
vos entrá, que yo te pinto
de aspirina el machucón.
También la ternura de un bello fracaso
redime en la tragedia griega
de vivir.
Como un revolcón de fiera rota
sufre aquel que más amó
y
lo revive el propio amor ¡para insistir!
Qué serio me puse, ¡payaso y
plomazo!
Se encienden las luces, vení por aquí,
que ya están sentados
nuestros invitados
mientras la bandita los recibe así.
(Dicho)
En aquel palco con pinta fina
pero un poco presumidos,
distingo a
tus perdones,
¿usan cornetillas para sordos, no es cierto?,
porque
perdonan, pero no olvidan.
Veo a tu soledad en la platea.
Tus culpas no
han llegado ¿o no tenés?
Y acaban de llenar los tablones de la popular
tus buenos recuerdos, tus lindos amores,
tal vez les des mejores
ubicaciones
para las próximas funciones. Tal vez.
(Cantado)
Soy
un circo, hermano mío, soy un circo,
se va la noche con su capa de satén
sembrando un mágico alboroto de cariños
al notar que has sonreído
con un poco de niñez.
Y, al final, cuando mi circo esté vacío
la
muerte hará su viejo número sin red,
vos temblarás por el milagro de estar
vivo,
con el alma en equilibrio
sobre un lirio de papel.
(Dicho)
Y ahora que estás de esperanza
y arriba del trapecio danza
la aurora
niña,
¡nada por aquí, nada por allá!
(Cantado)
De pito y
voltereta
mi circo ya se va,
con sueños de poeta
y el canto
fraternal.
(Dicho)
Adiós, adiós, hermano mío,
adiós, mi circo ya
se va,
mi circo ya se va.
Mi circo ¡ya se fue!
Música: C. Gardel y J. Razzano
Letra: F. Martino
Los domingos me levanto
de apoliyar mal dormido
y
a veces hasta me olvido
de morfar por las carreras.
Me cacho los
embrocantes,
mi correspondiente habano,
y me pillo un automóvil,
para llegar bien temprano.
Carreras, guitarras, gofo,
quinielas
y cabaret,
es el berretín más grande
que siempre, digo, tendré.
Y
aunque pa’jugarme el vento,
bien rumbeao, soy una fiera,
con toda mi
gran cartusa,
siempre salgo en la palmera .
El sábado por la noche
compro la Crítica Quinta
y si me piace la pinta
del pronóstico que
da,
lo escolaso si es Rodríguez
o el que lo corre es Canessa,
pero
viene Leguisamo
y se las da en la cabeza.
Cuando alguno me da un
dato,
es casi un caso clavao,
que si no larga parao,
en la largada
hocicó,
o si no es una rodada,
o porque se abrió en el codo,
y nada
manya, ¡qué va!,
salida muerto en todo.
Pero cuando tengo el paco,
esto es con poca frecuencia,
sin tanto grupo ni ciencia,
cato el
programa ¡y ya está!
¡que paga tres bataraces!
pero afana no hay
reclamo,
no hay que hacer, pa estas papas,
me lo elijo a Leguisamo.
Música: Francisco Canaro
Letra: Ivo Pelay
(vals)
No despiertes si sueñas amores,
niña hermosa, que amar
es soñar...
Despertar es quebrar ilusiones
y hallar, entre sombras, la
amarga verdad.
No despiertes si vives soñando
y en tu mente hay
torrentes de sol;
si en tus sueños se encienden suspiros
que te cercan y
acallan tu voz.
Soñar y nada más,
con mundos de ilusión...
Soñar
y nada más,
con un querer arrobador...
¡Soñar que tuyo es él
y vive
para ti!...
Soñar, siempre soñar
que dicen que, en amor,
es triste
despertar.
Soñar y nada más,
con noches de quietud,
que,
misteriosas, van,
cantando amor y beatitud.
Volar a las estrellas
de
divinos resplandores
y, en esa eternidad,
vivir un ideal...
¡Soñar y
nada más!...
No despiertes si sueñas quereres,
que sin duda soñar es
vivir...
Mientras tu alma vislumbre ternuras,
verás, niña hermosa, que
el mundo es feliz.
Despertar es matar esperanzas
y enfrentar a la cruel
realidad...
Es por eso que quiero que sueñes,
que soñando jamás
llorarás.
Música: Roberto Caló / Roberto
Rufino
Letra: Reinaldo Yiso
Yo sé que es imposible quererte y adorarte,
que es un
pecado amarte y darte el corazón.
Pero no importa, ¡vida!, soñemos esta
noche
aunque después lloremos mañana al despertar.
Soñemos,
que
los dos estamos libres.
Soñemos,
en la gloria de este amor.
Soñemos,
que ya nada nos separa
y que somos cual dos almas
que nacieron para
amar.
Soñemos,
que me quieres y te quiero.
No importa
que
mañana, al despertar,
tus besos
se despidan de mis besos
y así
nuestro embeleso
morirá con nuestro amor.
Yo sé que nunca nadie
podría separarnos,
y aún no estando juntos nos une un mismo amor.
Acaso
en otra vida muy juntos nos hallemos,
y nunca más lloremos la pena de este
amor.
Música: Juan Carlos Cobián
Letra: Enrique Cadícamo
Vuelve tango del pasado
a sonar como eras antes.
Tu canyengue acompasado
es un perfume tan distante.
Tu mejor
coreografía
fue, sin duda, la de "El Mocho"
y en los labios de "El
Morocho"
fuiste canto y emoción.
Tango del viejo arrabal
llega
hasta aquí, tu triste acento.
Es de un fueye grave y rezongón
que trae
fantasmas de arrabal.
Es el suburbio y el zanjón,
es homicidio pasional.
Bajo la mirada de un farol
brilla la hoja del puñal.
Melodía del
pasado,
acuarela pintoresca.
El arroyo Maldonado,
con sus malevos y
sus grescas.
El "Café de la paloma",
donde Pacho era famoso,
de su
bandoneón brumoso
nos trae el viento su emoción.
Música: Enrique Delfino
Letra: Mario Rada
Calle suburbana
que soñó Carriego
y que fuiste
hermana
de mi primer juego
sobre tus aceras
se deshojaron
las
primaveras
que pasaron...
Hoy ya en el otoño
de la vida triste
vuelve aquel retoño
que tú conociste
pero la alegría
que feliz
me viste
se trocó en melancolía...
En el final de la calleja
se
desangra en una queja
el gemir de un bandoneón
que estira compadrón
su canto dormilón...
Y el farolito proletario
con su resplandor
precario
es un bichito de luz
que brilla en la quietud
de la calleja
en cruz...
Vieja callecita
modesta y callada
con tu veredita
breve y arbolada
hoy vuelvo a buscarte
mi vieja amiga
para
contarte
mi fatiga.
Traigo de la vida
todos los dolores
y sangra
la herida
de los sinsabores
pues aquellas risas
de los tiernos años
se volvieron desengaños.
Música: Anselmo Aieta
Letra: Francisco García Jiménez
En el naipe del vivir
suelo acertar la carta de la
boca,
y a mi lado oigo decir
que es porque estoy con una suerte loca.
Al saber le llaman suerte..!
Yo aprendí viendo trampearme,
y ahora
sólo han de coparme
cuando banquen con la Muerte.
En el naipe del vivir,
para ganar, primero perdí.
Yo también entré a jugar
confiado en
la ceguera del azar
y luego vi que todo era mentir
y el capital en manos
del más vil...
No me creés...¡Te pierde el corazón!
¡Qué fe tenés!...¿No
ves que no acertás?
¿Que si apuntás a cartas de ilusión
son de dolor las
cartas que se dan?
No me envidies si me ves
acertador, pues soy el
Desengaño...
Y si ciego así perdés,
es que tenés los lindos veinte
años...
El tapete es la esperanza
y, a pesar de lo aprendido,
si me
dan lo que he perdido
vuelve a hundirme la confianza...
¡Suerte loca es
conservar
una ilusión en tanto penar!
Música: Eladia Blázquez
Letra: Eladia Blázquez
Desde chico ya tenía en el mirar
esa loca fantasía de
soñar,
fue mi sueño de purrete
ser igual que un barrilete
que
elevándose entre nubes
con un viento de esperanza, sube y sube.
Y crecí
en ese mundo de ilusión,
y escuché sólo a mi propio corazón,
mas la vida
no es juguete
y el lirismo en un billete sin valor.
Yo quise ser un
barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la
vida es algo más
que darlo todo por comida.
Y he sido igual que un
barrillete,
al que un mal viento puso fin,
no sé si me falló la fe, la
voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.
En amores sólo tuve
decepción,
regalé por no vender mi corazón,
hice versos olvidando
que la vida es sólo prosa dolorida
que va ahogando lo mejor
y
abriendo heridas, ¡ay!, la vida.
Hoy me aterra este cansancio sin final,
hice trizas mi sonrisa de cristal,
cuando miro un barrilete
me
pregunto: ¿aquel purrete donde está?
Música: Enrique Santos Discépolo
Letra: Enrique Santos Discépolo
(vals)
Sufres porque me aleja
la fe de un mañana
que
busco afanoso
tan sólo por ti.
Y es un collar de estrellas
que tibio
desgranan
tus ojos hermosos
llorándome así.
Sueño de juventud
que muere en tu adiós,
tímida remembranza
que añoraré,
canto de
una esperanza
que ambicioné
acariciando tu alma
en mi soledad.
Mi pobre corazón
no sabe pensar,
y al ver que lo alejan de ti
sólo sabe llorar,
sólo sabe gemir,
sangrando al morir
en tu
adiós...
Lírico amor primero,
caricia y tortura,
castigo y
dulzura
de mi amanecer.
Yo acunaré en un canto
tu inmensa ternura
buscando en mi cielo
tu imagen de ayer.
Música: Ángel Maffia
Letra: Mario Battistella
Los veinte abriles daba yo
y ya deseaba recorrer el
mundo
que me ilusionó.
Mi pobre vieja en su pesar
lloró de pena,
y en alas de mi sueño
abandoné el hogar.
Mi porvenir interrogué,
y aunque me dijo el sabio que era oscuro
proseguí con fe.
Soñaba al
son de mis primeros años
sin ver los desengaños
pero desperté.
Sueño querido de mi tierna y bella juventud,
fuiste espantado por la
negra ingratitud.
Sólo me queda de tu mágico esplendor,
el yelmo roto de
triste soñador.
Por eso cuando llega a mi alma el lúgubre doblar
de las
campanas me dan ganas de rezar.
Sueño querido,
ha pasado tu carroza
para siempre ya te has ido
y no volverás más.
Quise ser bueno y
sólo fui
romántico Quijote para el mundo
que se rió de mí.
En la
amistad y en el amor
fui traicionado.
Y en la mitad del pecho me clavó
el dolor.
Todo ilusión tan sólo fue
que se esfumó con la primera
estrella
del amanecer.
Casi me pierdo en esa noche oscura
soñando en
las alturas,
pero desperté.
Música: Aníbal Troilo
Letra: Homero Manzi
San Juan y Boedo antigua, y todo el cielo,
Pompeya y
más allá la inundación.
Tu melena de novia en el recuerdo
y tu nombre
florando en el adiós.
La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu
vereda y el zanjón,
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de
nuevo el corazón.
Sur,
paredón y después...
Sur,
una luz de
almacén...
Ya nunca me verás como me vieras,
recostado en la vidriera
y esperándote.
Ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha
sin querellas
por las noches de Pompeya...
Las calles y las lunas
suburbanas,
y mi amor y tu ventana
todo ha muerto, ya lo sé...
San Juan y Boedo antiguo, cielo perdido,
Pompeya y al llegar al
terraplén,
tus veinte años temblando de cariño
bajo el beso que entonces
te robé.
Nostalgias de las cosas que han pasado,
arena que la vida se
llevó
pesadumbre de barrios que han cambiado
y amargura del sueño que
murió.
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera
Sus ojos se cerraron...
y el mundo sigue andando,
su boca que era mía
ya no me besa más,
se apagaron los ecos
de
su reír sonoro
y es cruel este silencio
que me hace tanto mal.
Fue
mía la piadosa
dulzura de sus manos
que dieron a mis penas
caricias
de bondad,
y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las
lágrimas pensadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelo
de
poder llorar.
¡Porqué sus alas tan cruel quemó la vida!
¡porqué esta
mueca siniestra de la suerte!
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!
Yo sé que ahora vendrán caras
extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento.
Todo es mentira,
mentira es el lamento.
¡Hoy está solo mi corazón!
Como perros de
presa
las penas traicioneras
celando mi cariño
galopaban detrás,
y escondida en las aguas
de su mirada buena
la suerte agazapada
marcaba su compás.
En vano yo alentaba
febril una esperanza.
Clavó en i carne viva
sus garras el dolor;
y mientras en las calles
en loca algarabía
el carnaval del mundo
gozaba y se reía,
burlándose el destino
me robó su amor.
Música: Carlos Vicente Geroni
Flores
Letra: Claudio Frollo
La lluvia de aquella tarde
nos acercó unos momentos...
Pasabas... me saludaste,
y no te reconocí...
En el hall de un gran
cinema
te cobijaste del agua
y entonces vi con sorpresa
tu
envejecido perfil.
Al verte los zapatos tan aburridos
y aquel
precioso traje que fue marrón,
las flores del sombrero envejecidas
y el
zorro avergonzado de su color...
No quise creer que fueras la misma de
antes,
la rubia de la tienda "La Parisienne",
mi novia más querida
cuando estudiante
que incrédula decía los versos de Rubén:
"...Juventud,
divino tesoro
te fuiste para no volver.
Cuando quiero llorar no lloro
y a veces lloro sin querer..."
Resuelto corrí a tu lado
dándome
cuenta de todo.
Quería besar tus manos,
reconquistar tu querer...
Comprendiste mi tortura
y te alejaste sonriendo...
Fue tu lección
tan profunda...
¡Sólo se quiere una vez!